AIKIDO

El Aikido es un sistema de combate cuerpo a cuerpo, creado en Japón por el maestro Morihei Ueshiba, sobre la base de las antiguas artes marciales: Aikijutsu (lucha a manos libres), Kenjutsu (lucha con Katana) y Yu Ken Jutsu (lucha con bayoneta calada).

El Aikido consiste esencialmente en toda una estrategia de vida, de comportamiento individual tanto dentro de la sociedad, como en relación a todo lo que existe, es decir, el Universo.

Esa estrategia se resume en el respeto hacia uno mismo, ante los demás y a toda la naturaleza. El respeto debe hacerse prevalecer frente a todo tipo de ataque, con base en una alta preparación física y mental.

El modo de combate del Aikido despliega únicamente técnicas de defensa ante ofensivas en progreso. No desarrollan ataques, pues su esencia incluye el fomento de la no violencia y el desarrollo de valores como la amabilidad, la educación, la bondad, el coraje, la humildad y el autodominio.

Su ejecución permite defenderse sin armas, contra uno o varios adversarios armados o desarmados, mediante la aplicación veloz de una secuencia lógica que sigue el siguiente orden:

– Elusión o evasión ante la trayectoria del ataque principal
– Contención deslizante y atrape del adversario
– Desequilibrio físico y mental
– Contraataque de control (atemi, torsión, palanca)
– Desarme
– Proyección o lanzamiento
– Inmovilización y dominio del atacante

La práctica del Aikido, no consiste en una disciplina deportiva. Por tanto, excluye toda idea de competición. Puede ser practicado por hombres, mujeres, niños, jóvenes y adultos, sin impedimento físico grave.

Constituye una perfecta escuela de aprendizaje, experimentación y desarrollo de los valores morales y físicos del individuo. Es un excelente complemento a la educación que se imparte en el hogar y los centros educativos.

Su definición etimológica proviene de tres ideogramas japoneses:

AI:
Expresa el principio de la Armonía que existe entre toda actividad física y mental.

KI:
Define la potencia vital, resultado de la armonización y la coordinación de las fuerzas físicas y mentales, una de cuyas manifestaciones es el aliento, esencia de la vida y de la energía cósmica universal que fluye a través del cuerpo.

DO:
Significa la vía o camino, mediante el cual una constante actividad predeterminada conduce al individuo a un estado de desarrollo físico y espiritual superior, en armonía con las leyes y principios que rigen el universo.